Por un nuevo tipo de liderazgo
Desde hace un buen tiempo nos ha caído una cortina brumosa ante nuestras expectativas. Nadie intenta limpiarlas o simplemente las ignora. Ahí se vuelve dolorosa la realidad, porque la juventud que ansía una guía clara, un camino límpido que lo conduzca hacia fines positivos, éstas se tornan cada vez más confusas.
Hace más de un siglo, nuestro recordado Manuel Gonzáles Prada, decía: “Donde se pone el dedo salta la pus”, y parece que esta sentencia es un membrete que jamás podrá borrarse fácilmente de nuestra sociedad. Sino veamos nomás que cotidianamente, en todos los ámbitos del quehacer nacional brota como arte de magia, la corrupción, aquella que está minando la integridad nacional, es un cáncer que cuando se intentan eliminar, se impregna más fuerte en la célula de quién intenta hacerlo.
Se instituyen mafias dentro de las organizaciones sociales, políticas, sindicales, que se apoderan para manejar de acuerdo a sus “santos” intereses; impregnando a la tradicional organización de un matiz retrógrada, truncando así su anhelos de modernización y a los nuevos de una imagen tenebrosa. Y Por cierto el ciudadano común y corriente, los nuevos ciudadanos que aspiran con todo derecho, con ese ímpetu que imponen su edad, ven truncada sus aspiraciones, frustrando de esa manera sus ideales.
Y frente a esto, estos jóvenes transitan por un sendero ruidoso, áspero, sin mucho sentido de un futuro diferente; pero cada día es un amanecer pródigo para todo aquel que tenga buena voluntad y un poco de recursos para crear una organización a medida de sus “sanos” propósitos, como manifiestan muy sueltos de huesos, pero que con el paso de los días se van manifestando sus nada santas voluntades; que aprovechando de esas libertades que están oleadas y sacramentadas por nuestra carta magna y las leyes nacionales, se declaren lideres de nuevo cuño, adalid de movimientos o sociedades organizadas, que sin embargo sólo quedan en declaraciones que al día siguiente de sus actividades se desdicen, desorientando a los nuevos ciudadanos o jóvenes que decepcionados esperan que ésta vez sea lo que ellos buscan; personalidades con ideas y principios claros que los ayuden a conducirse por aquellos senderos que los lleve a construir una sociedad más justa.
II
La naturaleza nos ha brindado una serie de facultades a cada ser humano, esa suma de facultades nos señala una capacidad única que identificada a cada individualidad. Esta misma, nos ha sido entregada como un don. Partiendo de estas debemos decir que, todo aquel ser humano que pretende ser quien dirija los destinos de un grupo de individualidades, una organización o los de un pueblo, debiera presentar un perfil que garantice y sirva de guía a aquellos que pretende dirigir.
En las siguientes líneas trataremos de delinear a grosso modo, algunas de las características que debe presentar un buen líder:
“1.- Un buen líder tiene que estar siempre actualizado, contar con una base cultural que le ayude a discernir con mayor criterio.
2.- el líder tiene que transmitir una visión objetiva, basado en una visión optimista de la realidad.
3.- El líder sabe que las personas son el principal activo de su empresa. Respeta y valora de acuerdo a las capacidades de quienes lo rodean.
4.- El líder debe establecer metas claras y comprobables, basada en el consejo de todos los que forman parte de su equipo
5.- El líder como primera aptitud debe llamar la atención a través de una serie de intenciones o visiones de resultados, metas y dirección.
6.- El líder debe transmitir una gran capacidad de confianza. Control sobre los miedos. Debe tener CONSTANCIA, para ganar la credibilidad.
7.- El líder debe impartir ritmo y energía al trabajo e infundir potencia a quienes lo realizan. Esa inyección de vigor es el efecto del liderazgo sobre la colectividad.
8.- El líder no puede esperar que se adhieran a cualquier visión emocional.
9.- Los lideres expresan claramente que no existe el fracaso, sólo equivocaciones que nos dan más conocimientos y señalan lo que debemos hacer.
10.- El líder debe saber cuándo debe dejar su lugar a un nuevo liderazgo.”
¿Cuántas de estas aptitudes captamos en el conjunto de supuestos líderes que en la actualidad vemos transitar a nuestro alrededor?
Podemos estar de acuerdo o no con los diez preceptos, pero lo importante es que en la práctica es aplicable, cuando no sucede aquello surge las trasgresiones que en muchos casos son administrados para el bien o para el mal por aquellos que por sus habilidades se aprovechan para beneficios individuales y no para el bien común.